Dos taquerías, una historia poblana

*Con un pasado de 46 años en la ciudad de Puebla, El Michoacano y El Asador, han deleitado a miles de poblanos con dos menús que van desde tacos, cemitas, carene asada y una especiales salsas

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- Aquí hay dos opciones: tacos y cemitas de suadero preparadas al vapor, de machito, longaniza, asada de res, lengua, cabeza, maciza de res y tortas con los burritos y todo producto al carbón.

Pocos lugares con dos menús para elegir tacos y otros platillos: El Michoacano II, un espacio fuera del centro de la ciudad de Puebla, pero con más de 46 años de historia.

La taquería El Michoacano nació en 1978, pero con el paso de los años la familia López Vieyra le dio otro toque y combinó el concepto de El Asador para tener dos menús en un solo lugar.

En la Diagonal Defensores de la República sobre la 38 Poniente, en la colonia Santa María se encuentra El Michoacano II, pues la sucursal principal se encuentra cerca de La China Poblana, pero con un menú solamente.

Una de las especialidades de El Michoacano es la torta de pierna adobada con chipotles caseros, rajas caseras, birria y pozole. Así en El Asador –concepto que está en otros locales- pero que aquí junto a El Michoacano ofrecen el segundo menú que tiene tacos y cemitas de asada, longaniza y cecina, con una especialidad de frijoles charros.

Pero el toque –cuenta la encargada del lugar Mariana Rivera— son las salsas que pueden echarle a los tacos: champiñón, árbol, macha, habanero rojo, habanero verde, tomate, jalapeño, cebolla, mango, piña, taquera, tarasca y amarillo cera.

Esta taquería casi siempre es visitada por las mismas personas, familias enteras que toman una mesa larga para sentarse, mientras ven el futbol, hombres solitarios que observan a los demás comensales, mientras comen, o parejas que aprovechan para cenar, después de un día largo de trabajo.

La familia López Vieyra está conformada por seis hermanos, pero uno a uno fueron creciendo y se desenvolvieron en otras profesiones, por lo que Ricardo se convirtió en uno de los que se hicieron cargo de los establecimientos y el que desarrolló el segundo concepto desde hace 15 años de una segunda taquería.

Una de sus hermanas fue quien ideó las salsas que los distinguen ahora en la sucursal, a la cual llegan los clientes frecuentes o algunos que son redirigidos de la taquería principal.

Además de la carne asada, jugosa y suave, con suficiente cilantro, limones y pepinos para acompañarlos, las gelatinas y flanes no faltan como postre, así como los refrescos tradicionales con aguas de jamaica y horchata, como todas las taquerías tradicionales.

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